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domingo, 30 de enero de 2011

Las médidas de Raul.

El país está en emergencia económica y social; la escasez se acentúa cada vez más, la juventud no tiene conexión con el sistema, el proyecto de formar al hombre nuevo fracasó, la sociedad está corroída por la vagancia y la corrupción, florecen por doquier las religiones que se distancian del gobierno. El estado deja este año medio millón de trabajadores sin empleo y anuncia que proximamente dejará un millón más.
El gobierno declara que después de comenzar el reparto de tierras en usufructo, tiene ociosas el 40% de las tierras cultivables del país.
Están tratando de ganar tiempo, preparando a los herederos de la dinastía y para seguir sacando del país sus negocios y su dinero; están colocando a sus familiares en propiedades compradas con el dinero del estado, en el extranjero, principalmente en España.
Además tratan de lavar su imagen ante el mundo, pero no sueltan a todos los presos políticos y eliminan ese tipo de delito, en un país con más cárceles que el resto de América Latina y con el % de presos más alto del mundo.
Este es el contexto en que hay que ver estas medidas, son un desesperado intento de la dictadura de aliviar la tensión social y el malestar que cunde en la población.
Recordemos que Fidel dijo: "El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros mismos" y Raúl:
"O rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos"........
Las medidas tienen una influencia positiva porque mueven la economía y alivian la pobreza imperante, además impulsan a la población a buscar nuevos horizontes, pero hay que tener en cuenta que tratarán por todos los medios de favorecer a sus colaboradores y dirigentes.
Hablan de la entrega de tierras pero no dicen nada de "Acopio", ¿los agricultores tendrán que seguir entregando sus productos a precios irrisorios?.
El gobierno cubano ha demostrado que es especialista en dar marcha atrás, cada vez que ve a las personas prosperar, hace una "Operación Maceta" o algo similar y confiscan productos, casas, tierras, vehículos y dinero.
En fin estas son medidas desesperadas, pero pueden tener a largo plazo un efecto distinto al que busca el gobierno.

Las circunstancias los obligan a jugar con fuego y pueden quemarse.